
Higiene Oral y Profilaxis
La higiene o destartaje dental, más comúnmente conocida como “limpieza dental” profesional, es una actividad fundamental para mantener sanos los dientes y la boca. La higiene oral normal, o el cepillado diario de los dientes en casa, por sí solo no es suficiente para garantizar un perfecto “mantenimiento” de la sonrisa, tanto en términos de estética como de bienestar.
De hecho, existen numerosos factores que escapan del alcance de la higiene en casa y requieren la intervención de un especialista, con medios profesionales. Hacerlo significa refugiarse de las consecuencias más graves, como el sangrado de las encías y la enfermedad periodontal (que involucra los tejidos de sostén de las piezas dentarias)
Durante una sesión de higiene oral, el higienista dental esencialmente hace tres cosas: eliminación de placa, remoción del sarro, y pulido de la superficie dental.
Además, el higienista puede recetar enjuagues bucales y probióticos de venta libre para reequilibrar la flora de la boca.
- Remoción de la placa bacteriana
La placa es el principal enemigo de los dientes porque es responsable de la caries dental. Una aglomeración de bacterias y residuos de alimentos que tiende a anidar en los espacios interdentales, en los defectos del esmalte y cerca de las encías. De forma autónoma, se puede eliminar con cuidado y regularidad con el cepillo de dientes y el hilo dental. Sin embargo, para una eliminación total y profunda, debe ser explicada la técnica correcta por un higienista.
- Eliminación del sarro
Con el tiempo, la placa depositada en los intersticios dentales tiende a solidificarse y convertirse en sarro.
En esta instancia el higienista a través de técnicas manuales o ultrasónicas debe removerlo mecánicamente con el objetivo de restituir el estado de salud.
- Pulido de las piezas dentarias
El pulido es la etapa final del procedimiento de higiene, el que elimina todas las imperfecciones en la superficie de los dientes: manchas e irregularidades. El objetivo es eliminar todos los elementos posibles que podrían favorecer una nueva acumulación futura de placa y sarro. Aunque mejora el brillo de los dientes, el pulido es un proceso diferente del blanqueamiento y no tiene un propósito puramente estético.