La nutrición juega un papel fundamental para la salud. Lo mismo ocurre con la relación entre nutrición y salud bucal.

A través de su dieta, cada individuo toma una decisión diaria, que puede orientarse de manera positiva para promover la integridad de la Cavidad Oral o, en un sentido negativo, dañarla y favorecer la aparición de patologías.

La necesidad de esta conciencia es el objetivo de promover la salud bucal vinculada a la Nutrición.

La primera e importante consideración básica está relacionada con la acidez de la saliva, que puede acelerar y facilitar el proceso de erosión dental.

Dado que el pH crítico para la disolución del esmalte es 5.5, cualquier alimento con un pH inferior a este puede ayudar a estimular la erosión dental.

En personas con salivación adecuada y con buenos hábitos de higiene oral, estos líquidos y alimentos representan un riesgo mínimo si se consumen como parte de una dieta equilibrada.

Los alimentos particularmente ácidos para nuestros dientes son las bebidas gaseosas, azúcares, los limones y los cítricos en general.

Algunos alimentos, gracias a su pH básico, pueden oponerse al establecimiento de un ambiente ácido en la boca al promover una reacción alcalina que protege las superficies dentales de fenómenos erosivos y caries dentales.